viernes, 23 de octubre de 2009

SIEMPRE HAY QUE PONER EL CORAZÓN.


A un albañil, ya mayor, le llegó el momento de su jubilación.
Así que fue a ver a su jefe con el que había trabajado mucho años, y le comento sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y poder disfrutar de su familia.

El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y así se lo dijo pidiéndole, como favor personal, que construyera una ultima casa.

El albañil accedió, pero su mente y su corazón ya no estaban allí, así que utilizó materiales de inferior calidad, no estaba atento a lo que hacía y su trabajo dejaba mucho que desear.
Era una desafortunada forma de acabar su carrera.

Cuando el albañil finalmente acabo la construcción, su jefe fue a inspeccionar la casa, y al finalizar la visita, cogió las llaves de la puerta principal y las tendió al albañil:






- Tu última casa...

Éste es mi regalo para ti.

12 comentarios:

  1. Bueno, muy aleccionador... Yo siempre he dicho a mis hijos, que todo trabajo es dignísimo. El de barrendero, el de presidente.
    Sólo hay una cosa que no se puede permitir en ningún trabajo...la mediocridad.
    Todo lo que se hace se ha de hacer con dignidad. Lo mejor que uno sea capaz. Siempre!!!
    Un besito

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  2. Conocía esta historia. En atenuante del albañil diré que estaba semi explotado de trabajar 40 años y a punto (horas) de acogerse a la jubilación. No se puede pedir mucho a un caballo ya viejo. Si el Jefe le hubiera anticipado que, como regalo de retiro, la construcción sería su casa, su propiedad, hubiera sido más honesto para con los pobres huesos y las pocas fuerzas del obrero.

    Pero los empresarios son gente que no piensa en estas cosas.

    ((Un beso))

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  3. Valiente lección que acabo de aprender. Me gustó, por la grandeza que guarda la entrada. Gracias de corazón.

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  4. Luna,
    que bien inculcas las cosas importantes de la vida a tus hijos.
    El día de mañana serán grandes personas.

    Como seguro lo eres tu.
    Un abrazo.

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  5. Maga,
    que razón tienes.
    Yo no la había mirado como tu.
    El jefe no fue honesto con su trabajador...Quizás nunca lo fue.

    Por eso estos son cuentos para pensar.

    Un beso.

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  6. Selu,
    gracias a ti por tu comentario y por pararte a pensar un ratito en la grandeza que guarda este cuento.

    Un abrazo.

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  7. Tambien pienso como la maga...el pobre pensaria madre mia una casa entera para hacer yo solo, que manera de abusar del pobre...como se nota que pertenezco al gremio jejejje besitoss cielo...

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  8. ESTO ES UN BUEN EJEMPLO DE QUE SIEMPRE HAY QUE HACER LAS COSAS BIEN,NO SOLO ERES BUENA EN LA COCINA Y PASTELERIA,QUE TAMBIEN ESCRIBES ,VERDADES.

    UN ARAZO
    ANTUAN

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  9. Arwen,
    a mi me pasó como ati, cuando la Maga me hizo ver la historia la inversa...interesante ¿Verdad?

    Un saludo.

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  10. Gracias Antuan,
    yo estoy segura de que tu pones el corazón a cada cosa que haces.


    Un saludo.

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